Los agricultores conocen por propia experiencia la importancia de sembrar en el momento adecuado y en unas condiciones determinadas para que se produzca correctamente la germinación.
Saben que no es lo mismo sembrar en el fondo del surco, que sobre el caballón y tienen muy claro que para conseguir un germinado adecuado deben reunirse una serie de condiciones, tanto en lo que se refiere al estado de las semillas, como a las condiciones del suelo y climatología.