Hace 36 años un coche revolucionó la pequeña pantalla. Se trataba de un Pontiac llamado KITT que, junto a David Hasselhoff, era la estrella de "El coche fantástico". Ese automóvil contaba con un ordenador central altamente inteligente y con capacidad de hablar y de interactuar, era una inteligencia artificial.
Aquello que parecía una ciencia ficción imposible de plasmar en la realidad está cada vez más próximo a ser verdad o, al menos, muy parecido gracias al coche autónomo. Este tipo de vehículo no está pensando para que actúe como una persona pero sí para que los seres humanos se olviden de conducir y sea la máquina la que tome las decisiones en los trayectos.