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En qué industrias la conducción autónoma va a generar 'volantazos'

7:30 - 1/06/2018
  • Hasta 2020, como muy pronto, parece que no habrá este tipo de vehículo
  • Se espera que estos nuevos modelos reduzcan los accidentes en un 90%
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Hace 36 años un coche revolucionó la pequeña pantalla. Se trataba de un Pontiac llamado KITT que, junto a David Hasselhoff, era la estrella de "El coche fantástico". Ese automóvil contaba con un ordenador central altamente inteligente y con capacidad de hablar y de interactuar, era una inteligencia artificial.

Aquello que parecía una ciencia ficción imposible de plasmar en la realidad está cada vez más próximo a ser verdad o, al menos, muy parecido gracias al coche autónomo. Este tipo de vehículo no está pensando para que actúe como una persona pero sí para que los seres humanos se olviden de conducir y sea la máquina la que tome las decisiones en los trayectos.

Todavía no está claro cuando se podrán ver automóviles sin conductor por las calles. Algunos referentes de la industria como Elon Musk, máximo responsable de Tesla, apuntaba a 2019 como plazo para su comercialización, una predicción que para muchos es demasiado atrevida. Otros como Volkswagen, sitúan el horizonte temporal en 2025, mientras que BMW habla de 2020 como año en el que se generalizarán las pruebas de prototipos. Por tanto, lo único que parece claro es que cuando llegue el momento será una auténtica revolución.

Tanto es así, que desde CB Insights han identificado más de una treintena de sectores en los que el coche autónomo tendrá un gran impacto. "Es evidente que las empresas de tecnología y de automóviles pueden ganar, pero muchas otras industrias podrían enfrentar graves problemas a menos que sean capaces de adaptarse a los muchos cambios que se producirán", explican desde la consultora. Estas son algunas de las más importantes desde el punto de vista de la inversión.

Aseguradoras

Según un informe de McKinsey & Co, los coches autónomos podrían reducir en un 90% los accidentes en Estados Unidos y ahorrar 190.000 millones de dólares en daños y costes de salud al año. Aunque a priori esta proyección es positiva porque implica que las aseguradoras no tendrían que pagar por los siniestros, también hay que tener en cuenta que la demanda de este tipo de seguros disminuiría al tiempo que la conducción fuese más segura, lo que implicaría menos ventas.

"Anticipándose a este cambio, algunas aseguradoras están implementando pólizas de seguro basadas en el uso (UBI, por sus siglas en inglés), que cobran a los consumidores según la cantidad de kilómetros que conducen y cuán seguros son sus hábitos de conducción", indican desde CB Insights.

Salud

Precisamente, con menos accidentes lo lógico es que los gastos del sistema sanitario fuesen menores. Algo positivo en aquellos países donde la sanidad depende del Estado y, por tanto, supondría un ahorro costes, pero no tanto para aquellos en los que las cuestiones de salud son previo pago por parte de los pacientes, como ocurre en Estados Unidos. "Como resultado de la disminución de las colisiones, la industria de la salud podría perder aproximadamente 500.000 millones de dólares anuales", recoge el estudio. Es más, según el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos, el año pasado las muertes en carretera ascendieron a 40.200, que supusieron un coste superior a los 430.000 millones.

Aerolíneas

Aunque a priori pueda parecer que los coches autónomos no pueden suponer una amenaza para las aerolíneas, nada más lejos de la realidad. Evidentemente, para distancias largas el avión seguirá siendo el principal medio de transporte, pero la cosa cambiará en los trayectos cortos. Y es que para muchos usuarios evitar las molestias que supone un vuelo, como el tiempo de espera en los aeropuertos, será motivo más que suficiente para pasarse al sistema de conducción autónoma.

Hay que tener en cuenta que en estos tipos de recorrido el usuario puede ir haciendo cualquier otra cosa sin necesidad de estar pendiente del viaje. Por ejemplo, preparar una reunión, hacer llamadas o, incluso, dormir. En compañías como Delta Air Lines o American Airlines, el mercado doméstico supuso más del 70% de los ingresos el año pasado.

Fabricación de componentes

Otra de las industrias que sin duda se verá afectada es la de componentes. Y es que a medida que los coches se vayan sometiendo a la tecnología, cada vez habrá menos piezas tradicionales que reparar. De hecho, según calcula PwC, en 2030 el 50% de los costes de fabricación de un automóvil estará representado por la electrónica.

"Los fabricantes de piezas tradicionales probablemente se enfrentarán a aquellas firmas más enfocadas en la tecnología como Nvidia, que ha sido aprovechada por varios fabricantes para ayudar a construir los automóviles que tomarán sus propias decisiones de conducción", recuerdan desde CB Insights. A principios de año Nvidia anunció que había alcanzado un acuerdo con Uber y Volkswagen para impulsar la creación de coches autónomos. También colabora con Tesla.

Fast Food

Por increíble que parezca, la comida rápida también recibirá el impacto de la industria autónoma del coche. Aunque, en este caso, puede verse perjudicada pero también beneficiada. En el primer caso, se espera que con la llegada de estos vehículos la compra de este tipo de comida en estaciones de autoservicio caiga drásticamente. Tanto es así que, según Bloomberg, el 70% de las ventas de McDonald's se realizan a través de la ventanilla de autoservicio. ¿Y por qué cambiará esto? "En los coches sin conductor las personas simplemente registrarán las coordenadas de su destino, lo que reduce la posibilidad de que decidan tomar un desvío para comprar alimentos por impulso", argumentan desde CB Insights.

En la otra cara de la moneda se encontrarán aquellas compañías de comida rápida con reparto a domicilio. Los vehículos del futuro podrían posibilitar que el tiempo de reparto sea más eficiente e, incluso, que los propios trabajadores puedan preparar la comida mientras se produce el trayecto para que llegue en las condiciones más óptimas posibles al cliente. Con este método, en una sola salida se puede atender a varios usuarios sin necesidad de volver al restaurante. En este sentido, Pizza Hut anunció este año una alianza con Toyota para trabajar en esta dirección. Algo que también ha hecho Domino's Pizza con Ford.

Petroleras

Lógicamente, la nueva era de la industria automovilística supondrá un consumo de gasolina mucho menor y, por ende, una menor demanda de petróleo. Si a esto se une que el consumo energético se desplaza hacia alternativas que contaminen menos, las compañías del sector van a tener que acometer un ejercicio de transformación. De hecho, según un estudio del 'think tank' RethinkX, la demanda de crudo caerá hasta los 70 millones de barriles diarios en 2030 (ahora son unos 100 millones).

Una solución para este tipo de empresa puede ser el litio, un componente clave en las baterías recargables que prevalecen en la electrónica, desde teléfonos móviles hasta automóviles eléctricos. Según Bloomberg, se proyecta que la demanda del mineral aumente 38 veces para 2030 hasta las 7.845 toneladas métricas al año desde las 200 toneladas métricas en 2016.

Algunos nombres de referencia del sector ya han empezado a dar pasos. Total compró en 2016 el fabricante de baterías Saft Groupe, Royal Dutch Shell adquirió el año pasado la eléctrica First Utility, mientras que BP se hizo con una participación del 43% en la promotora solar británica Lightsource Renewable Energy.

Medios de comunicación

En el caso de los medios de comunicación la situación puede ser muy diferente. Y es que si los pasajeros no tienen que prestar atención en sus trayectos, podrían consumir más contenidos audiovisuales (el estadounidense conduce una media de 46 minutos al día). Esto provocaría que no sólo una mayor producción sino también más competencia en el sector. Del mismo modo, los anunciantes podrían aprovechar la oportunidad para ofrecer a los usuarios anuncios basados, por ejemplo, en su ubicación sobre los bienes y servicios cercanos.

Ciberseguridad

Uno de los aspectos más importantes que caracterizarán a la nueva generación de coches serán los datos. Teniendo en cuenta que estos vehículos podrían ser objeto de hackeo, la ciberseguridad será esencial para el funcionamiento de este sistema.

Ya en 2015 dos estadounidenses expertos en seguridad hicieron un experimento en el que lograron acceder a un Jeep Cherokee y lograron manipular el aire acondicionado, el limpiaparabrisas y parar el motor. Y eso que no era un modelo autónomo sino que incorporaba conexión Wi-Fi. Por ello, las firmas que sean capaces de desarrollar sistemas seguros para este tipo de coches, probablemente se llevarán una gran parte del pastel. Entre las empresas más potentes en la actualidad de ciberseguridad se encuentran nombres como Palo Alto Networks, Cisco Systems o Check Point.