Como era de esperar, el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) no movió ficha al término de su reunión de dos días este miércoles en Washington. De esta forma, y con un voto unánime, Jerome Powell y el resto de siete altos funcionarios del banco central acordaron mantener el precio del dinero en un rango de entre el 1,50% y el 1,75%. Sin embargo, el viento sopla a favor para que la Fed logre conseguir su doble mandato, que busca el pleno empleo y una inflación del 2%.
"Los precios en general y la inflación para bienes fuera de la alimentación y la energía se han movido cerca del 2%", reconoció el comunicado que acompañó la decisión de política monetaria del instituto emisor. De hecho, se espera que la inflación anualizada se acerque al objetivo simétrico del 2% a medio plazo. Lo que situaría a la Reserva Federal como el primer gran banco central de una economía avanzada en cumplir sus objetivos existenciales desde el azote de la crisis financiera.
De hecho, a comienzo de semana conocimos como el incremento interanual subyacente del índice del gasto del consumidor (PCE por sus siglas en inglés), la métrica favorita del banco central para medir los precios a este lado del Atlántico, se situó en el 1,9%, tres trimestres antes de lo proyectado por la propia Fed. Dicho esto, es cierto, que buena parte de los miembros del FOMC no tienen prisa por pisar el acelerador pese a estar acercándose a la meta inflacionaria.
En las semanas previas al periodo de silencio obligado al que se someten los encargados de dictar la política monetaria estadounidense, al menos 7 miembros del FOMC hicieron referencia a la necesidad de tolerar unos precios que sobrepasen el objetivo. "La inflación está llamando a la puerta de la Reserva Federal pero sus miembros muestran poco interés en responder a este hecho con una política más agresiva", explica Ellen Zentner, quien considera que la baja dispersión de las presiones inflacionarias entre los indicadores de precios y el crecimiento salarial no inflacionario respaldan la postura de la Fed.
Quizás es por ello que la reacción del mercado no se hizo esperar. El Dow Jones, que comenzó la jornada con ventas moderadas se dio la vuelta nada más conocerse la decisión, para volver a perder terreno después, hasta cerrar la sesión con caídas del 0,72%. El mismo viaje vivieron el S&P 500 y el Nasdaq 100. Y también el dólar, que firmó otra sesión al alza.
A ojos Powell, presidente de la Fed y que estrenó mandato subiendo tipos el pasado 21 de marzo, estima que os riesgos para sus perspectivas económicas "parecen más o menos equilibrados". En estas circunstancias, el consenso del mercado espera que el próximo incremento de 25 puntos básicos para las tasas federales llegue el próximo 13 de junio, cuando el 90,6% de los inversores proyecta que el precio del dinero subirá hasta el 1,75% y el 2%. Con un descanso en la comitiva que culminará el próximo 1 de agosto, los miembros del FOMC darán una nueva vuelta de tuerca el 26 de septiembre. Según el FedWatch de la CME, el 65,2% del mercado descuenta que para entonces los tipos se moverán en un rango del 2% y el 2,25%.
La pregunta es que ocurrirá en la última reunión de política monetaria del año del 18 y el 19 de diciembre. Después de publicarse el comunicado ayer, un 50,7% de los operadores consideró que Powell y sus chicos no se apearan de su trayectoria completando un total de tres subidas este año. Sin embargo, el 49,1% todavía está a la expectativa de un cuarto incremento este año si las cosas se recalientan demasiado.
En el primer trimestre del año, el PIB de EEUU creció más de lo esperado, un 2,3%, y según el GDPNow, que elabora la Fed de Atlanta, en el trimestre en curso avanza a un 4,1%. Precisamente, en el 4,1% de ha mantenido la tasa de paro durante seis meses consecutivos, . Ahora la miras están puestas en el dato de empleo que se publicará mañana viernes correspondiente al mes de abril. Los economistas esperan que la tasa de desempleo ceda una décima y el país haya sumado al menos 194.000 puestos de trabajo. Los ingresos medios a la hora deberían registrar una subida del 0,2%. Recordemos que en marzo, EEUU desaceleró su ritmo de creación de empleo, hasta tocar su nivel más bajo de los últimos seis meses.