República Democrática del Congo, Yemen, Siria... Si hay algo que tienen en común estos países es que actualmente viven un conflicto armado o, en otras palabras, una guerra. Estos combates conllevan pérdidas irrecuperables, principalmente de vidas humanas, y también patrimoniales. No obstante, la triste realidad es que hay quien sale muy beneficiado, ya que la guerra mueve mucho dinero.
Y para muestra un botón: En 2018 la industria armamentística logrará beneficios récord. En este sentido, las 15 empresas más grandes del sector ganarán en conjunto más de 19.000 millones de dólares, un 42% más que el ejercicio anterior. Asimismo facturarán unos 226.000 millones de dólares.
La firma más importante a este respecto es la estadounidense Lockheed Martin. En su caso, se espera que en 2018 se embolse más de 4.000 millones de dólares, lo que implicaría duplicar lo obtenido en 2017, si bien los bancos de inversión recomiendan mantener sus títulos en cartera. La principal fuente de ingresos de la compañía es Estados Unidos, donde factura un 70%. De hecho, el país norteamericano es el principal vendedor de material de defensa en el mundo, según los datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri por sus siglas en inglés), y sólo Oriente Medio representa el 49% del total.
En este contexto, el grupo también se beneficiaría del aumento en el gasto en defensa que ha planteado el equipo de Donald Trump, ya que el proyecto de Presupuestos del Estado que la Casa Blanca presentó en febrero recogía 716.000 millones de dólares para la defensa del país en 2019. Tanto es así, que, según recoge Bloomberg, el Pentágono le comprará a la firma un total de 90 aviones de combate, 20 más que en 2018. Es más, sólo del Gobierno estadounidense depende un 58% de sus ingresos, según FactSet.
También estadounidenses son General Dynamics y Raytheon que, además de contar con un consejo de compra por parte del consenso de mercado, registrarían una mejora del 14% y 37% en sus ganancias, según las estimaciones.
La primera de ellas cuyas ventas dependen en un 76% de Estados Unidos, tiene entre sus especialidades los sistemas terrestres de combate o los sistemas marinos (es uno de los principales constructores de buques para la Armada de Estados Unidos). Según los expertos, este año ganará más de 3.300 millones de dólares. Para Douglas Rothacker, analista de la industria de Bloomberg, "se espera que General Dynamics tenga una cartera de pedidos saludable y cuente con el apoyo presupuestario para sus programas de defensa, lo que debería generar un crecimiento sólido en la próxima década".
Por su parte, Raytheon es la que menos depende del país que preside Donald Trump, aunque sigue siendo su principal mercado con un 68% de las ventas. La segunda región más importante para la compañía, en la que factura un 16%, es la de MENA (Medio Oriente y el norte de África). A pesar de que en lo que llevamos de año sus títulos han escalado en bolsa más de un 12%, las firmas de inversión creen que durante los próximos meses puede anotarse otro repunte del 12,5%, hasta los 238,6 dólares en los que sitúan su precio objetivo.
El que es uno de los mayores productores de misiles guiados del mundo "cuenta con una base sólida por su exposición a mercados internacionales por lo que el crecimiento de sus ingresos será fuerte en el futuro a medida que los clientes extranjeros refuerzan sus defensas", arguyen Douglas Rothacker y George Ferguson, analistas de la industria de Bloomberg.
Fuera del dominio estadounidense destaca la firma francesa Thales (la británica BAE Systems es más grande pero cuenta con una recomendación de mantener). En este sentido, el 51% del negocio de la gala, cuyos títulos aconsejan comprar los expertos, depende del sector de la defensa.
Propiedad casi a parte iguales del Estado francés y de Dassault Aviation, logrará un beneficio de 1.120 millones de euros, si se cumplen las estimaciones, un 36% más que el año anterior.
Según Bloomberg, "un mayor gasto en defensa por parte de los miembros europeos de la OTAN impulsará los pedidos de los proveedores europeos, lo que beneficiará a compañías como Thales". De hecho, el principal mercado del grupo, Francia, anunció, a través de la nueva Ley de programación militar (LPM) para los años 2019-2025, que se aumentará el gasto de defensa en 1.700 millones de euros anuales, hasta 2022, y a partir de 2023 el refuerzo será de 3.000 millones. Además, Francia ya es el tercer exportador de armamento en el mundo, por detrás de Estados Unidos y Rusia, según los datos del Sipri.