Corrían los primeros días del mes de noviembre de 2016 cuando Donald Trump ganaba las elecciones presidenciales en EEUU. El dólar estadounidense reaccionaba por aquel entonces con alzas ante la llegada a la Casa Blanca de un nuevo mandatario que había hecho alusión en su campaña electoral a lo poco que le gustaba la debilidad de su moneda. De hecho, según recoge el índice dólar, en los siguientes meses el billete verde llegó a tocar su nivel más alto de los últimos 13 años en su cruce frente a las divisas más negociadas del planeta.
Cerca de un año y medio después, la película es bien distinta. Trump ha conseguido que el dólar se deprecie desde esos máximos casi un 15% contra las monedas más fuertes del planeta (ver apoyo), provocando una paradoja de mercado: que caiga una divisa en el mercado mientras el Banco Central que la rige (la Reserva Federal) eleva el precio del dinero. Y es que, la Fed ha subido los tipos de interés 6 veces en el últimos dos años.