Tres semanas después, el repunte de la volatilidad que hizo temblar los cimientos de las bolsas a nivel global va tomando la forma de un fantasma con el que el mercado tiene que aprender a convivir sin volver a desatar el pánico. Es cierto que el Vix y el VStoxx, conocidos como los índices de miedo y que miden la volatilidad del S&P 500 y del EuroStoxx 50, respectivamente, se dispararon en los peores momentos del pasado mes hasta niveles no vistos desde la primera devaluación china, en el caso de Estados Unidos, y del Brexit, en el de Europa, y que se mantienen actualmente lejos de los mínimos de 2017, pero otros indicadores que toman el pulso al mercado se han quedado muy lejos de estos últimos pasajes de tensión.
Uno de los más representativos de estos otros índices del miedo, que saltó a la fama en los días más duros de la crisis que estalló en 2008, es el iTraxx Crossover. Esta familia de selectivos, elaborado para Estados Unidos, Europa o para distintos sectores por Markit, que también firma los PMIs, refleja un promedio del valor de entre 40 y 50 credit default swaps (CDS) -derivados que permiten cubrirse del riesgo de quiebra de las empresas-. En el caso del que refleja el riesgo del conjunto de Europa, mide el comportamiento de los CDS sobre las compañías más líquidas con deuda high yield, y se renueva cada 6 meses.
Cuanto más cae el iTraxx Crossover, más barato supone cubrirse del riesgo de quiebras, lo que indica un contexto de menor riesgo. Cuanto más sube este índice, más caro es adquirir los CDS, lo que marca una mayor incertidumbre.
En consonancia con la escalada del Vstoxx y coincidiendo con las fuertes caídas que sufrieron los índices bursátiles de referencia en el Viejo Continente durante el pasado mes, el iTraxx Crossover repuntó, hasta un 31% desde los mínimos del presente año el día 13 de febrero, pero se quedó muy lejos, a 20 puntos, del nivel que alcanzó antes de la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones de Francia de 2017 y muchos más todavía, a casi 70 enteros, del último evento de verdadera tensión para el mercado, la segunda devaluación por parte de las autoridades de China a principios de 2016, que coincidió con el desplome del petróleo.
Otro índice alternativo del miedo es el de "sorpresas económicas" de Citi. Este selectivo refleja en qué medida los datos macroeconómicos han superado -o no- las previsiones de los analistas. Más arriba significa más sorpresas positivas. Más abajo, negativas. En este caso, para la eurozona, aunque se mantiene en positivo, ha cedido desde los casi 100 puntos que alcanzó a finales de noviembre del año pasado, hasta los 0,20 enteros en los que se encuentra actualmente. En Estados Unidos la situación es diferente, y se mantiene en 40 puntos.