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Los banqueros centrales deberán calibrar bien el ritmo de normalización de la política monetaria

29/12/2017 - 21:29

2017 ha sido un año de normalización: la Reserva Federal ha disfrutado del último año de Janet Yellen en la presidencia, subiendo los tipos en tres ocasiones, y el Banco Central Europeo ha dado los primeros pasos hacia el fin del QE. Ahora, el reto es no acelerar demasiado, ni ir muy lento.

Después de años de medidas acomodaticias, 2017 ha sido el periodo en el que se ha confirmado el cambio de rumbo de los dos principales bancos centrales del planeta: la Reserva Federal estadounidense (Fed) subió los tipos de interés en más de una ocasión en un sólo año por primera vez desde 2006, mientras el Banco Central Europeo (BCE) recortó su programa de compras de deuda (QE) por primera vez, anunciando además que en 2018 seguirá reduciéndolo. La clave para el año que viene es que los señores del dinero sean capaces de modular el ritmo al que normalizan sus políticas, sin ir demasiado lento, ni tampoco dar un acelerón excesivamente fuerte a la locomotora, que pueda hacer descarrilar a los inversores. No hay que olvidar el importante papel que han tenido los bancos centrales en los mercados en los últimos años, y no sólo en renta fija y divisas, ya que la renta variable también se ha movido al son de sus medidas, y de sus discursos.

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