Distintos vientos de cara podrían complicar el vuelo de las aerolíneas europeas en 2018. Las estimaciones ya lo muestran: el margen operativo de la mayoría de las compañías que con base en el Viejo Continente -con la excepción de IAG y Air France-KML- se contraerá el próximo año por la presión a la baja que las competidores de bajo coste y las grupos chinos y de Oriente Medio han impreso sobre las tarifas, el previsible crecimiento del gasto en personal que deberán afrontar por la escasez de tripulantes y el mayor coste del combustible derivado de la recuperación del precio del petróleo.
Entre las excepciones, la angloespañola que reúne a British Arways, Iberia, Vueling y Aer Lingus apenas expandirá su margen 20 puntos básicos en 2018 y la francoholandesa incluso menos, 15 enteros. El principal motivo es que la presión sobre el precio de los billetes llegará sobre todo en el mercado de los viajes de placer, donde más impacta la agresiva política de compañías como Ryanair, Wizz Air, Norwegian y EasyJet. Mientras que los vuelos de negocios, donde mantienen el liderazgo las otrora aerolíneas de bandera, sufrirán menos competencia.
El resto notará las consecuencias del canabilismo de la industria y del incremento de los costes. El margen operativo de Ryanair caerá casi 1 punto porcentual en el ejercicio que entra, el de Deutsche Lufthansa 40 puntos básicos, los de EasyJet y Wizz Air se mantendrán y el de Finnair cederá cerca de 1 entero, a pesar del mayor crecimiento económico en Europa, uno de los principales catalizadores para su negocio.
El petróleo es uno de los principales condicionantes del sector ya que el gasto en queroseno -derivado del crudo- representa alrededor de un tercio de los costes totales de las aerolínes. El barril de Brent, de referencia en el Viejo Continente, repunta un 40% desde el mínimo que marcó en junio de este año. "Aunque la mayoría de las compañías europeas del sector están significativamente cubiertas, un aumento constante en los precios del combustible tendrá consecuencias en 2018", incide George Ferguson, experto del servicio de análisis de Bloomberg.
"El gasto en personal también aumentará, ya que las aerolíneas de bajo coste están incrementando los salarios para pilotas ante el aumento de su capacidad", continúa George Ferguson. Ryanair, una de las principales desencadenantes de esta tendencia tras la crisis de hace unos meses por la salida de decenas de tripulantes, ha elevado la suya un 9% en 2017 y la agencia de información económica estima que EasyJet, Wizz Air y Vueling lo harán a un ritmo similar.
Cierto es que uno de los principales riesgos que pesó en los últimos tiempos sobre el sector se ha desdibujado. El Brexit parece estar resuelto para las aerolíneas o, al menos, el mercado ha restado importancia a los problemas que, en un principio, parecían plantearse para la industria con la ruptura entre el Reino Unido y el resto de la eurozona. El reflejo en bolsa ha sido evidente: Finnair sube un 200% en lo que va de año, Deutsche Lufthansa un 137%, Air France-KML un 135% y Wizz Air un 92%. La que menos repunta entre las grandes, Ryanair, lo hace un 20% y es la única que merece la recomendación de compra para los analistas.
Este comportamiento hace que la única compañía del sector que actualmente cuente con un potencial alcista de más del 10% para el consenso de mercado sea IAG, que sube un 38%, aunque el consejo que recae sobre sus acciones es el de mantener, después de que se haya deteriorado desde que empezó 2017.