Como es habitual en estas fechas, ya comienza hablarse del tradicional rally de fin de año en los mercados (suele tomarse como referencia las últimas sesiones de diciembre). No obstante, desde 'elEconomista' hemos ampliado el marco temporal, hasta Acción de Gracias, ya que después de esta festividad, en la que las bolsas estadounidenses están cerradas, tiene lugar el 'Black Friday' o 'Viernes Negro', que marca el inicio de la temporada de compras navideñas al otro lado del Atlántico.
Y, precisamente, el gasto en las compras es uno de los argumentos que se esgrime como motivo de que se produzca el rally de Santa Claus (además de otros como motivos fiscales), ya que los inversores esperan que este gasto ayude a que las ganancias corporativas sean fuertes. A este respecto, en la última década el 80% de las veces Acción de Gracias ha dejado 'aguinaldo' a los inversores en bolsa estadounidense, subiendo, de media, un 2% hasta final de año.
Ahora bien, rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras y en 2017 la bolsa americana tiene una presión añadida: la reforma fiscal, que incluye una rebaja del impuesto de sociedades hasta el 20%. Y más si tenemos en cuenta que los principales selectivos cotizan cerca de máximos históricos, por lo que para algunos expertos el recorrido ya es escaso. "Si se ven avances en la reforma fiscal, sí creo que habría alzas adicionales, pero si se ve que se estancan las negociaciones y se tarda en llegar a un acuerdo, las valoraciones ya son exigentes y me cuesta creer que pueda haber más subidas sin ese catalizador de la reforma fiscal", explica Natalia Aguirre, de Renta 4.
No obstante, para Borja Rubio, de Orey iTrade, aunque haya avances en la reforma fiscal habrá que ver de qué se trata. "Todo dependerá de los términos, ya que si el mercado considera que los acuerdos alcanzados son mínimos o insuficientes, afectaría negativamente a la bolsa. Además, recordemos que los principales beneficiados por una rebaja del impuesto de sociedades serían las medianas y pequeñas empresas, no las grandes corporaciones que tienen verdaderas ingenierías fiscales".
Por su parte, Felipe López-Gálvez, de Self Bank, explica que "el mercado de EEUU ya está descontando los efectos de la reforma fiscal, (muy antes de tiempo) por lo que a medida que se vaya ejecutando, el mercado no podrá descontar más estímulos, y se tendrá que adaptar al endurecimiento monetario. Pensamos que es más lo que puede perder si finalmente no se aprueba, que lo que se puede ganar si sale adelante".
Ahora bien, hay quienes creen que, de haber rally alcista de final de año, se dará antes en Estados Unidos que en Europa. Es el caso de Sara Carbonell, de CMC Markets, quien opina que si bien en el Viejo Continente el crecimiento y la situación económica están viviendo su mejor momento, tenemos la fortaleza del euro, algo que las compañías tiene que digerir.
En este contexto, desde 2006 el S&P 500 ha firmado ocho ejercicios con subidas. Un año desde el que ya ha ganado más de un 100%. Es más, en el presente ejercicio avanza cerca de un 15%. Unos números que no asustan a los expertos que esperan que durante los próximos doce meses el selectivo estadounidense se apunte otro 10%. Esta situación se repite en el resto de selectivos de referencia del país: mientras que para el Dow Jones, que en 2017 sube más de un 17%, se esperan ganancias del 7%, para el Nasdaq 100, que registra una subida cercana al 30% desde enero, el potencial alcista es del 12,3%.
Sin embargo, Steen Jakobsen, de Saxo Bank, indica que "el mercado se está calentando, ya que muchas razones que han servido de soporte se están debilitando gradualmente. Este es, para mí, un momento para ser extremadamente conservador en la asignación de activos".
Otros expertos, como Felipe López-Gálvez argumentan que mientras no se produzcan grandes cambios en cuanto a la dirección de la política monetaria, los indicadores macroeconómicos seguirán siendo positivos y todo apunta que en 2018 sigan en esta línea. "Wall Street debería seguir comportándose de manera positiva en el corto plazo por una cuestión de inercia. No obstante, si hablamos de ganancias, es normal que éstas se vayan disminuyendo ya que este sobrecalentamiento no aguantará de por vida y se espera, tarde o temprano, un giro a la baja y, cuanto más tarde, más brusco será y mayor será el periodo de normalización de precios", añade.