Hace exactamente un año los estadounidenses estaban llamados a votar al nuevo presidente de su país y Donald Trump se erigía como el inquilino de la Casa Blanca por los siguientes cuatro años. Sus promesas inflacionistas llevaron al dólar a tocar máximos de 2003 a mediados de diciembre. Sin embargo, esto no era del agrado del nuevo máximo mandatario de la primera economía del mundo.
Hoy, un año después, el magnate neoyorquino ha visto cómo su deseo de ver un billete verde más débil se ha hecho realidad. Desde que llegó al poder, el dólar se ha depreciado casi un 6% frente al euro, un 2% frente al yuan, un 5% frente a la libra y un 4% en su cruce con el dólar canadiense.