Hasta 2003, coincidiendo con la invasión estadounidense a Irak, habría que remontarse para ver al Índice de Riesgo Geopolítico en un nivel superior al actual. Un incremento que ha venido de la mano del crecimiento de la tensión entre EEUU y Corea del Norte. Algo que ha impulsado a la volatilidad y a activos refugios como el oro.
El pasado 9 de agosto se endurecía el tono entre ambos países cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió al país asiático de que "se encontrarán con una furia y un fuego que el mundo jamás ha visto". A lo que el líder norcoreano, Kim Jong-un, respondió amenazando a la isla de Guam. En ese contexto, el Vix, conocido como índice del miedo al medir la volatilidad, se incrementó un 44,4% en su peor día desde mayo, alcanzando así máximos anuales no vistos desde las elecciones de EEUU.
Sólo el día que Trump vertió dichos comentarios el índice S&P 500 se dejó más de un 1,5%, del que sólo logró recuperarse a comienzos de septiembre. Y es que, desde aquellos momentos la tensión entre ambos países no ha dejado de sucederse.
La bolsa estadounidense volvía a sufrir con más de un 1,5% de caída en sólo un día con las pruebas militares de Corea del Norte que llegaron a sobrevolar el espacio aéreo de Japón. Igualmente, este martes (el lunes era festivo en EEUU), las bolsas volvieron a cotizar a la baja, entre otros motivos, por la bomba de hidrógeno del país asiático.
Sin embargo, los selectivos de EEUU, han logrado ir recuperándose y desde el 9 de agosto el S&P apenas cede un 0,5%. Todo ello a pesar del incremento de la tensión que lleva al Índice de Riesgo Geopolítico (GPR), elaborado por Dario Caldara y Matteo Lacoviello y tomado en cuenta por la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, a la zona de los 290 puntos, "lo que representa el nivel más alto desde la invasión de Irak en 2003", señalan desde el equipo de análisis de Saxo Bank.
Todos estos acontecimientos han provocado un incremento de la demanda de activos seguros como el oro, que suele actuar como refugio en momentos de incertidumbre. Así, el metal precioso suma desde el pasado 9 de agosto un 6,3%, lo que le ha llevado a marcar máximos no vistos desde septiembre de 2016 por encima de los 1.300 dólares por onza. Desde Saxo Bank señalan que "la relación entre posiciones largas y cortas ha aumentado de 1 a casi 19 en las últimas semanas. Esta es la proporción más elevada desde diciembre de 2012".
Sin embargo, el índice Macro de Citi, que mide el precio de aquellos productos sensibles al riesgo no se ha colocado en ningún momento por encima de los 0,5 puntos, lo que implica que la aversión al riesgo está por debajo del promedio. Sin embargo, sí que se ha incrementado en más de un 11,5% desde el pasado 9 de agosto, alcanzando su máximo anual el pasado 17 en los 0,47 puntos.
Pese a ello, y con una reacción del mercado que ha salido de la renta variable acudiendo a activos refugio como son la renta fija o el oro, desde el equipo de analistas de Ned Davis Research consideran que "vender bolsa en un contexto de pánico es una mala idea". Y es que, tras estudiar la reacción del S&P 500 tras 51 eventos de este tipo desde comienzos del pasado siglo han llegado a la conclusión de que, "pasado el tiempo, las ganancias se imponen en las bolsas".
En este sentido, sólo 20 días hicieron falta para que el selectivo estadounidense ya registrara ganancias cercanas al medio punto porcentual tras la invasión de Irak en 2003. Doce meses después del inicio de aquella guerra, el índice ya lograba repuntar por encima del 25%.