Eran pocos los pasos que quedaban para que la unión entre la bolsa de Londres y de Alemania, que iba a dar lugar al mayor operador bursátil de Europa, se materializase. Pero lo que parecían unos flecos sueltos para el sí quiero definitivo se están convirtiendo en motivo de ruptura. Algo que los inversores no han pasado por alto, castigando las acciones de ambas compañías.