El intento de Hillary Clinton de sacar rédito electoral de la oposición a los "indignantes" -según sus propias palabras- precios de los tratamientos comercializados por las biotecnológicas norteamericanas está haciendo estragos en el sector. Los beneficios que el consenso de mercado prevé que sumen las 10 grandes compañías de este ramo caen un 6,5% para 2016 y un 11% para 2017 desde que la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos incendió el debate con un tuit, publicado el 21 de septiembre del año pasado, en el que prometía "trabajar en un plan para reducir el coste de los medicamentos".
Hillary Clinton introdujo a las biotecnológicas en la campaña electoral incluso antes de ser la candidata 'oficial' del Partido Demócrata. Pero hace algo menos de un año, pese a que todavía peleaba por ser la cabeza de su formación política, el mercado ya se tomaba sus posturas muy en serio. Su frontal ataque al sector a través de Twitter desató la furia bajista en el parqué: el subíndice que reúne a las empresas biotecnológicas cotizadas en el Nasdaq cayó un 4,41% al cierre de la sesión del tuit incendiario y perdió 37.700 millones de dólares en capitalización. La sangría no había hecho más que comenzar.