China acapara los focos. El gigante asiático aguó la primera jornada del año para los índices bursátiles a ambos lados del Atlántico. Unos datos pobres del sector manufacturero chino (se contrajo por décimo mes) propiciaron las caídas en el parqué, a los que se unieron por un lado que el próximo viernes expira el veto a los grandes accionistas y directivos (los que poseen más de un 5% del capital social de una cotizada) de vender sus títulos, impuesto el pasado verano, y por otro, que ayer lunes se levantó el veto de cortos sobre algunas acciones.
Tan profundas fueron las ventas que la cotización se suspendió en los principales índices chinos cuando registraban descensos entre el 6 y el 7%. Esta suspensión obedece a la puesta en marcha de una nueva prohibición china que establece la interrupción temporal de los mercados cuando estos cedan más de un 5% y total cuando las pérdidas superen el 7% (una medida que se aplica sobre los índices de Shanghai y no de Hong Kong).