Las inestabilidades políticas y geoestratégicas han puesto contra las cuerdas a la economía de un país con elevada dependencia de la financiación exterior y con una divisa depauperada en el año frente al dólar.
Extendiéndose por la península de Anatolia y Tracia en la zona de los Balcanes, Turquía ha sido históricamente uno de los enclaves geoestratégicos más importantes para los gobernantes del mundo al estar situada entre Europa y Asia así como entre tres mares, el Egeo, el de Mármara y el Mediterráneo.