Ni Grecia, ni Alemania ni ningún otro factor que hunda sus raíces en Europa. La incertidumbre en los mercados tiene un claro inductor en las últimas semanas: China. El país oriental sigue siendo el principal foco de atención que lleva a los inversores a no decantarse por la renta variable.
La triple devaluación del yuan, algo llevado a cabo por el Gobierno de la República Popular para rentabilizar sus exportaciones ha generado una oleada de ventas en el mercado de renta variable del país y ha pues aún más de manifiesto la ralentización de su economía.