El contraataque alcista que está formando a corto plazo el Ibex 35, que tuvo su origen en la zona de los 8.080 puntos, cuyo alcance supuso días atrás que el selectivo español pusiera el contador del año a cero y alcanzara la base del canal que viene acotando la consolidación lateral bajista durante los últimos meses, no ha logrado finalmente terminar el año cerrando el hueco que abrió a la baja desde los 8.840 puntos en la fatídica jornada del viernes negro del 26 de noviembre, cuando salió a escena la variante ómicron.
El Ibex por tanto tiene deberes para este arranque de 2022 ya que en los 8.840 puntos se encuentra la línea divisoria que separa una subida más o menos fiable en próximas semanas y de su ruptura depende que se aleje considerablemente el riesgo de asistir a una recaída a los 8.000-8.080 puntos, de cuyo mantenimiento depende que no haya una caída a los 7.700 puntos antes de ver mayores alzas en próximos meses hasta objetivos en los 10.100 puntos, que sigue siendo el escenario que valoro como más probable de cara el 2022.