Las caídas de corto han llevado al Ibex 35 a perder alrededor de la mitad de todo el rebote que inició tras alcanzar la zona de soporte de los 7.700 puntos y también han servido para poner de nuevo el contador del año a cero mientras el resto de índices europeos todavía están en terreno positivo, destacando las plazas de Ámsterdam y Milán, que llevan una rentabilidad en torno al 5%.