El actual es un momento en el que el pánico no solo ha llegado a las bolsas mundiales sino que se ha apoderado de muchos de los aspectos más cotidianos de la vida diaria, como por ejemplo ir al propio supermercado, en los que estos días hay colas infinitas para proveerse de lo necesario para los próximos días. Sin embergo hay uno que no tiene clientes pese a tener todos sus productos en oferta: la bolsa.
Las fuertes caídas que acumulan todos los parqués mundiales en las últimas tres semanas están dejando a los principales índices cotizando a múltiplos que no se veían desde hace tiempo ya que estos descensos, de momento, no han tenido una respuesta análoga en las estimaciones de resultados. Desde el primero de enero éstas sólo se han contraído en un 3% en Europa y un 2% en Estados Unidos mientras que en bolsa el desplome supera los 20 puntos porcentuales.