Los osos sacaron a relucir sus garras durante buena parte de las últimas sesiones. Pese a la jornada del viernes en la que las bolsas europeas y americanas lograron mitigar tibiamente las pérdidas acumuladas durante los primeros compases de la semana, la elevada volatilidad vista en los principales selectivos de renta variable en el Viejo Continente y en EEUU, ha dejado a numerosos valores muy afectados en el mercado. Es el caso de la alemana 1&1 Drillisch y de la estadounidense Marathon Petroleum.
La primera de ellas registró una de sus sesiones más nefastas en bolsa de 2019 el pasado jueves. La acción, que llegaba a perder más de un 14 por ciento a lo largo del día, acababa desplomándose un 11,8 por ciento al cierre del mercado en Fráncfort. En total, el valor acumula unas pérdidas del 50 por ciento en lo que llevamos de ejercicio y se mantiene como la compañía con el peor comportamiento de todas las que componen el índice Eco30. Con el precio objetivo que señala el consenso del mercado que recoge FactSet en la zona de los 40,97 euros, su potencial alcista se ha disparado así hasta el 84 por ciento tras el último desplome. Los analistas permanecen cautos y no se han lanzado a rebajas de recomendación masivas. El único cambio destacado a este respecto sucedió el 29 de julio, cuando 1&1 Drillisch perdió el consejo de compra que había conservado desde enero de 2018.
Han sido muchos quienes han imaginado el fin del petróleo en los próximos años, aunque más bien por el agotamiento de los recursos. Pero ¿podría producirse antes de lo esperado como respuesta a la crisis climática a la que se enfrenta el planeta? Varios estados de los Estados Unidos están implementando medidas para limitar el impacto de la producción de petróleo. Unas medidas que, junto al escenario de una guerra comercial con China, está lastrando la cotización de Marathon Petroleum y otras firmas petroleras en el parqué.
Marathon Petroleum, Chevron, Phillips 66 o Valero son las mayores refinerías de petróleo en California, el estado más rico y más poblado de Estados Unidos. Allí, en el Estado Dorado, como también se le conoce, los legisladores aceleran las medidas para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono o el óxido de nitrógeno.
En el caso de California, apuestan por una combinación de políticas a favor de los vehículos eléctricos, impuestos a los combustibles fósiles y límites sobre la cantidad de gases que pueden ser emitidos. En otros estados se inclinan más por restringir las oportunidades de perforación [de petróleo] o acotar el transporte de combustibles entre estados, como el que llega por tren desde Dakota del Norte al estado de Washington.
Entretanto, en Pensilvania, tratan de imponer una tasa a la extracción de recursos naturales no renovables que están destinados al consumo en otros estados.Los títulos de Marathon Petroleum pierden alrededor de un 18 por ciento desde el pasado 24 de julio, su nivel más elevado en bolsa desde mayo. Casi en el mismo periodo, desde primeros de julio, los futuros del West Texas, el crudo de referencia de EEUU, caen un 10 por ciento.
Aun así, Marathon Petroleum recibe todavía un 95 por ciento de recomendaciones de compra por parte del consenso de 22 analistas que siguen a la compañía, según datos de Bloomberg. En cuanto al precio de la acción, aún podría subir un 70 por ciento, hasta los 78 dólares, en los próximos doce meses.
El cambio de mayorías en el Congreso estadounidense y en las asambleas de varios estados que tuvo lugar en noviembre podría favorecer una nueva oleada de regulación sobre la producción y el transporte del petróleo.
Las petroleras cuentan con algunas alternativas, como el uso de las federal lands, tierras sobre las que tiene autoridad la Casa Blanca o el Congreso, pero no un estado concreto. El presidente Trump está intentando ofrecer nuevos contratos de arrendamiento de estas tierras para la actividad petrolífera por primera vez desde 2013, informan desde Bloomberg, aunque se podrían emprender acciones legales para bloquear estos intentos. "Las federal lands representaban un 5,3 por ciento de toda la producción de petróleo de California en 2017, en comparación con el 8 por ciento en 2013", puntualiza el analista James Blatchford.
Otra de las posibles salidas para las firmas petroleras es la perforación de las plataformas continentales, en medio del mar, una propuesta que ya ha elaborado el Departamento de Interior estadounidense. Sin embargo, parece que California se opondrá al plan y las aguas del estado son inaccesibles por Ley. La producción de petróleo en el Golden State ha caído cerca de un 39 por ciento desde el 2000.