La abundancia y velocidad de la información pueden provocar que muchos ahorradores e inversores se dejen llevar por las noticias del momento en la toma de decisiones de inversión. Antes de preguntarse dónde invierto, cada uno debe cuestionarse para qué invierte. Sin un objetivo claro, predefinido y estable en el tiempo, las decisiones de inversión que se tomen pueden tornarse en erróneas simplemente por el cambio de criterio ocasionado por la volatilidad de los mercados.
Dejarse llevar por las fuertes oscilaciones de los mercados financieros solo puede conducir a tomar decisiones erróneas. Este mismo mes de agosto hemos asistido a la segunda mayor caída en la historia de labolsa japonesa en un día, 12% descenso, provocando fuertes retrocesos en todas las bolsas occidentales. En apenas un par de semanas se han recuperado los niveles previos a la caída.