Que con la sobrecompra actual, derivada del último y fuerte ascenso que ha llevado a las bolsas europeas a revalorizarse alrededor de un 12% desde los mínimos que alcanzaron a finales de octubre, haya esta calma, es de todo menos un signo de debilidad y refuerza si cabe más la idea de que un eventual recorte es probable que sea una simple pausa previa a mayores ascensos.