Primero fue el susto del 6 de mayo, con una caída histórica. Después llegaron algunas grandes empresas retocando sus estimaciones. Ahora la que da el primer toque de alarma seria es la economía. Y si el muro de Wall Street se rompe, que está ejerciendo de cortafuegos contra los descensos en Europa, el mercado tendrá menos en lo que agrarrarse. Hoy el S&P 500 ya ha llegado a cotizar por debajo de su soporte a corto plazo, los 1.100 puntos.
Si bien, para poder comprobar mejor la fortaleza de la bolsa, lo importante es que el S&P 500 aguante al cierre de semana el nivel de los 1.065,79 puntos. Por el momento, el primer soporte importante, el de los 1.100 puntos, ha aguantado porque desde ahí la bolsa norteamericana ha conseguido rebotar y alejarse de sus mínimos en la jornada.
Sin embargo, y a pesar del primer susto, la bolsa estadounidense ha reaccionado con fuerza ante el primer dato económico que habla de que el crecimiento económico pueda estar tocando techo. El indicador de indicadores líderes, que cayó en abril un 0,1 por ciento. Este índice crea, como poco, la paradoja de que con este dato estaría anticipando que a seis meses la tendencia de la economía sería de menor crecimiento.
Y no es el primer susto que se da el mercado con lo que pueda llegar en el futuro. Ya ha tenido algunas noticias de que la crisis europea puede crear dificultados también a Estados Unidos. Por lo pronto, una serie de compañías, entre ellas el gigante tecnológico Cisco, han recortado sus estimaciones para el año a causa de la apreciación del dólar, que previsiblemente convierta sus productos en menos competitivos en el exterior.
Y, aunque el impacto en estimaciones de los analistas todavía es escaso ya se nota. Las expectativa de crecimiento de los beneficios a doce meses de las empresas del S&P 500 se vuelve a contraer. En una jornada se ha pasado de anticipar un crecimiento de los beneficios a un año del 29,9 por ciento, al 29,2 por ciento de hoy. No es la primera vez que pasa este año, pero, de confirmarme, esa peor expectativa no sentaría nada bien a a la bolsa estadounidense, que está esperando que sus valores presenten este ejercicio unos beneficios históricos.