Buscar

La inversión en salud mental da un rendimiento del 430%

23/06/2022 - 11:57
  • Deloitte señala en un estudio que se recuperan 5,3 libras por cada 1 invertida en salud mental

En los últimos años ha aumentado la conciencia social en lo referente a la salud mental de los trabajadores, en sentido amplio, y no entendido únicamente como ausencia de enfermedades mentales sino incluyendo dentro de este concepto el bienestar y la seguridad que se derivan de unas buenas condiciones de trabajo.

Las necesidades para una buena salud mental las podemos situar en una pirámide. Desde las más básicas, en la base de la misma, que incluirían unas condiciones de salubridad y seguridad. Subiendo se encontrarían unas condiciones económicas que permitieran la subsistencia de la familia. La generación de recursos suficientes que permitan disponer de un tiempo de ocio y de descanso adecuados para el desarrollo personal. La relación con los colegas, compartir y ser reconocido. Posibilidades de desarrollo profesional, ascender y ocupar puestos con mayores responsabilidades. En lo más alto de la pirámide encontraríamos la posibilidad de trascender, de impactar positivamente en la sociedad y generando un alto grado de satisfacción, a través del propósito.

La pandemia de la Covid-19 no ha hecho sino agravar un problema ya existente, el de las enfermedades mentales relacionadas con el trabajo. Psiquiatras, como Marian Rojas Estapé, reportan el incremento de casos que encuentran a raíz de la pandemia. Las consecuencias están lejos de desaparecer. Supuso una abrupta ruptura del status quo que hizo que muchas personas se replantearan su estilo de vida e incluso sus escalas de valores. The great resignation (la gran renuncia) cuyos orígenes son probablemente anteriores a la pandemia se mostraron de forma más clara a raíz de esta.

El teletrabajo ha surgido con fuerza como gran oportunidad de conciliación y flexibilidad. Con su generalización aparecen nuevos retos: combatir la hiper-conexión y la gestión de las relaciones sociales. Muchas organizaciones apuestan por modelos híbridos como solución y otras prefieren volver paulatinamente a la anterior normalidad. Sin embargo, si se obvia lo ocurrido se corre el riesgo de perder lo aprendido de esta crisis.

Conciliación y flexibilidad

Muchos trabajadores, y especialmente, las nuevas generaciones que se incorporan al mercado laboral esperan, entre otras cosas, la posibilidad de desarrollarse a nivel profesional y personal, a través de una mayor conciliación y flexibilidad. Sin embargo, la dualidad del mercado de trabajo en nuestro país, unido a las elevadas tasas de paro, coloca en una posición débil tanto a trabajadores que se mostrarán más propensos a aceptar cualquier política impuesta por la empresa, aún en contra de sus preferencias, para evitar perder el puesto de trabajo y tener que buscar uno nuevo. Como, en mayor medida, a aquellos que quieren acceder al mercado de trabajo por primera vez o que se encuentran en paro.

Algunos empleados pueden sentir un FOMO (Fear Of Missing Out, miedo a quedarse fuera) si optan por la flexibilidad dando prioridad al teletrabajo frente a la presencialidad como se desprende del reciente artículo en relación a la industria financiera firmado conjuntamente por Margaret Franklin, CFA, CEO de CFA Institute y José Luis de Mora Gil-Gallardo, CFA, presidente de CFA Society Spain. Pudiendo existir presiones institucionales o incluso autoimpuestas a la hora de ejercer un modelo más conciliador.

Los costes relativos a la salud mental de los trabajadores se han vuelto muy relevantes, especialmente tras la pandemia. Hasta el punto que de acuerdo con Paul Farmer, en un informe de marzo de 2022, de Deloitte, sobre la salud mental de los trabajadores señala que la rentabilidad de las inversiones realizadas en mejorar la salud mental de los trabajadores alcanza las 5,30 libras por libra invertida, suponiendo un 430% de rentabilidad. Surge a través de la inversión en cuidados y prevención de la salud de los trabajadores una importante oportunidad para las empresas que, más allá de la obligación ética que tienen con sus trabajadores, obtienen un gran rendimiento, medible, cuidando la salud mental de sus empleados.

No quería terminar sin mencionar también los riesgos para la salud mental de los trabajadores en situaciones precarias o aquellos que trabajan por cuenta propia y que en general cuentan con pocos apoyos. Sin olvidar a los parados. Aunque la salud mental es un tema de vital importancia para toda la población el objeto del artículo son los trabajadores y por tanto el resto estaría fuera del ámbito de lo que aquí se trata.