Cada vez son más los fondos de inversión que optan por incluir un toque griego en su cartera. Lo hacen en un contexto de crecimiento económico del país heleno y de previsible fin de su rescate este mismo verano.
Hace ya ocho años Grecia claudicaba y se convertía en el primer país de la UE en ser rescatado por la Unión Europea y el FMI. Desde entonces, ha recibido cerca de 250.000 millones de euros a cambio de que acometiera reformas estructurales en su economía, para disgusto de los griegos y beneplácito de los mercados y acreedores.
Pese a la reticencia inicial de Alexis Tsipras, lo cierto es que son varias las medidas que ha aplicado al frente del Gobierno griego desde entonces, convirtiendo al otrora díscolo Tsipras en un alumno aventajado para la Unión Europea. Se ha ganado su confianza y con ella de aval ha regresó también al mercado el pasado verano al completar con éxito su primera emisión de bonos a 10 años realizada desde 2009. No es la única ya que a principios de año también ha salido airosa de una emisión de letras a tres meses y en su esfuerzo por demostrar que Grecia ya puede acudir al mercado ella solita (una condición indispensable para que pueda cumplir con su objetivo de poner el punto y final a su rescate este mismo año), se espera que lance en las próximas dos semanas una nueva emisión de bonos de entre 3 y 7 años, según adelanta la agencia Reuters. "Solo podrá abandonar el rescate si Grecia consigue demostrar que puede obtener financiación en los mercados por si mismo", afirman desde Lyxor AM. Algo que el mismo Tsipras ha defendido que sucederá este mismo año.
Este buen momentum que atraviesa el país griego se está dejando notar, además, en sus mercados de valores. Tanto que su principal índice bursátil, ASE Bol Athens, es uno de los más alcistas de la zona euro con un 10% de rentabilidad en el año que le sitúa a la cabeza de rentabilidad del grupo de los PIGS. Y este interés de los inversores también se ha notado en su mercado de duda. Su bono a 10 años ha visto en los últimos meses un alza en el precio del 11% hasta dejar la rentabilidad en el 3,66% e incluso en la deuda a más corto plazo, la de dos años, se han visto rentabilidad en el bono griego inferiores a las del bono americano en las últimas semanas.
"Lo que el mercado está descontando con estos movimientos es que en agosto consiga dejar atrás el rescate. Grecia ha estado muy enferma pero ha pasado de estar en la UVI a pasar a planta pero no hay que olvidar que sigue teniendo una patología base que su deuda pública", apunta Enrique Lluva, experto de renta fija de Imantia . No en vano, hay que recordar que la deuda pública de Grecia sigue en niveles del 180% del PIB por lo que en esa recuperación es vital que en agosto se consiga llegar a un buen acuerdo con sus acreedores, la mayoría socios europeos, que le permita reducir esa abultada deuda. "La alta deuda de Grecia deja al país en un estado vulnerable ante el previsible aumento de los tipos de interés" recuerdan desde HSCB, donde también defienden que "podría poner fin a su rescate este año pero necesitan una salida limpia en la que la eurozona no falle a la hora de facilitarle una solución que alivie su deuda". Y lo mismo opinan desde Lyxor: "Los acreedores de la UE deben asegurarse de que el sector financiero doméstico vuelva a funcionar y deben estar abiertos a negociaciones en torno a su deuda que avancen a una sostenibilidad de su perfil de amortizaciones".
Sin embargo, las previsiones son más optimistas que pesimistas y de ahí que la semana pasada la agencia Standard and Poors al elevar su nota crediticia de "B-" a "B" con perspectiva positiva y elevar sus previsiones con respecto a su economía ya que cree que crecerá del orden del 2,4% de media en los próximos tres años. De momento, como recuerda Lluva, lo que ya ha conseguido la economía helena es cerrar cinco trimestres consecutivos en positivo, lo que convierte en más que posible que el país presidido por Tsipras consiga su objetivo de reducir la tasa de paro por debajo del 20 por ciento este mismo año (ahora está en el 20,7 por ciento).
Pero el buen momento que atraviesa Grecia no se explica sin el también positivo momento que afecta a Europa en general así como el buen comportamiento de su mercado, sobre todo el de renta fija, tampoco se explica sin tener en cuenta la necesidad que siguen teniendo muchos inversores por encontrar activos de renta fija que aún puedan ya no solo cubrir una inflación al alza sino también dar rentabilidad a la cartera en un contexto de normalización monetaria que ya está dejando fuertes pérdidas en las carteras de renta fija de los inversores. De hecho, esa búsqueda del yield es lo que explica que el bono griego, actualmente en niveles del 3,66%, sea en el que más ha caído la rentabilidad en lo que va de año, más de 40 puntos básicos, dejando su prima de riesgo con respecto al bono alemán en apenas 300 puntos básicos.
En este contexto, cada vez son más los fondos que están optando por incluir un toque griego en sus carteras tanto en renta fija como en renta variable. Dentro de los primeros destaca el fondo Carmignac Unconstrained Global Bond que, según Morningstar, cuenta con un 9% de su cartera invertida en bonos griegos. Una estrategia que de momento, le permite obtener rentabilidad del 1% en el año.También muestra confianza en la deuda helena el fondo EdRF Bond Allocation, que destina un 5% a bonos griegos. " Seguimos viendo potencial en la deuda griega impulsado por la voluntad política del país de recuperar su independencia económica. Nuestra convicción se ha visto reforzada tras la emisión de deuda del pasado julio y por las mejoras de calificación realizadas por las agencias de rating", afirma Francois Raynaud, gestor de activos de asignación de activos y deuda soberana de Edmond de Rothschild AM.
Por su parte, dentro del universo de renta variable conviene destacar a fondos como Generali European Recovery, fondo que invierte en exclusiva en los mercados de sur de Europa y donde las acciones griegas pesan ahora un 16%. De momento, consigue una rentabilidad en el año del 15%.