El final de mes ha tenido como principal protagonista en el mercado de renta fija a los bonos de Portugal. Los rumores sobre una posible bajada de rating por parte de la agencia de calificación crediticia DBRS a la deuda lusa -lo cual provocaría que dejaran de estar en la lista de valores que compra el BCE con su programa de estímulo cuantitativo QE- no han provocado una fuerte alteración del rendimiento de su interés que se mantiene por encima del 3,2 %.
De hecho, los inversores se han decantado por comprar bonos a 10 años lusos y eso se ha visto reflejado esta semana en la rentabilidad que ofrecen, que ha caído del 3,3 al 3,2% en esta semana. Relajación que se ha contagiado al resto de bonos periféricos y la deuda lusa de corto plazo.