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Kuroda no encuentra qué celebrar en su segundo año en el Banco de Japón

1/04/2015 - 15:39

La mayor parte de los indicadores económicos están peor que antes de empezar los estímulos monetarios heterodoxos del Abenomics.

Haruhiko Kuroda cumple este fin de semana su segundo año al frente del Banco de Japón (BoJ). Un periodo que ya es el apropiado para poder medir los efectos económicos de las políticas monetarias ultraheterodoxas que ha aplicado al frente de la entidad y que formaban parte de una de las tres flechas del Abenomics.

En este periodo la entidad ha comprado prácticamente todos los activos posibles: bolsa, bonos, ETF y REITs. Estas inyecciones de liquidez casi han doblado la base monetaria del país, que ha aumentado un 80% desde la entrada de Kuroda. Nunca antes se había visto una política monetaria tan agresiva, por lo que Japón se convirtió en un auténtico laboratorio para conocer el impacto real de estas decisiones sobre la economía.

El efecto fue inmediato en los mercados financieros. El índice Nikkei se ha disparado un 60%, el yen ha caído un 23% frente al dólar y los tipos de interés del mercado hay caído con fuerza:las letras con vencimientos hasta 12 meses cotizan con rentabilidades negativas. Tanto han caído, que los inversores nipones han buscado rentabilidades lejos de sus fronteras. De hecho, Japón ha alcanzado a China, empatando con el otro gigante asiático como el gran acreedor internacional de EEUU.

Unas cifras que muestran un dinamismo de los mercados financieros que no se recordaban en las últimas décadas. Sin embargo, a la hora de calibrar la situación de la economía del país, la comparativa se tuerce. El objetivo de la entidad era recuperar tasas sostenibles de inflación para salir de años de deflación. En estos dos años el IPC se ha consolidado en tasas positivas, tanto que acumula 11 meses por encima del 2%, eso pese al descenso del petróleo y de la inflación mundial.

¿Objetivo cumplido? En realidad, sí y no al mismo tiempo. El principal factor que ha apoyado en el último año la recuperación de la inflación ha sido la subida del impuesto al consumo que realizó el país hace justo un año. Esto significa que los datos del IPC de abril ya descontarán este factor (ya que son interanuales) y permitirán conocer dónde está la inflación real sin el efecto de los impuestos.

El análisis se complica

Con la inflación en el aire, queda pasar a los siguientes indicadores de la economía. El PIB es la primera parada. Antes de la llegada de Kuroda, en el primer trimestre completo de Shinzo Abe como primer ministro, la economía del país avanzó un 1,4%. Justo entonces llegó Kuroda y sus estímulos. Dos años después, su PIB crece al ritmo del 0,4% trimestral y atravesando una recesión por el camino, en gran medida, provocada por la subida del impuesto al consumo.

Más indicadores, en esta ocasión, de consumo y confianza del sector privado. Las ventas minoristas que avanzaban al 1,1% interanual antes de la llegada de Kuroda, caen ahora un 1,8%. Los ingresos reales de los hogares se han debilitado por el mayor coste de la vida, pasando de un crecimiento del 1,8% interanual a caer un 0,7% en febrero, después de marcar su decimoséptimo mes consecutivo de descensos.

La balanza comercial tampoco ha conseguido recuperarse ni aún con la caída del yen, ya que las importaciones se han encarecido. De un déficit de 356.897 millones de yenes, ha pasado a 425.036 millones. De hecho, desde el propio Banco de Japón, algunas autoridades han mostrado su incomodidad por la caída tan vertical que ha sufrido el yen en estos dos años.

Sin duda, el efecto de la subida del impuesto al consumo ha supuesto un duro golpe para la economía nipona, pero las políticas del Banco de Japón todavía no han dado los resultados esperados y está por ver si algún día lo puedan conseguir.