Hace apenas seis meses no había semana en la que gestora extranjera que no propusiera una entrevista con su gestor estrella de renta fija emergente. Al fin y al cabo, en un contexto de tipos bajos y rentabilidades de los bonos tendiendo al 0% en Occidente, este tipo de activos se convertía en el único que podía permitir al clásico inversor de renta fija obtener cupones que superaran a una inflación que ya por entonces iba en aumento.
Pero ahora esos inversores que a comienzos de años veían como los valores liquidativos de sus fondos no hacían otra cosa que crecer se han visto obligados a enfrentarse a abultadas pérdidas (hay fondos que incluso han retrocedido más de un 10% desde que el dólar cambio su tendencia) ante el estallido de una tormenta perfecta como la que se ha producido en el último mes y medio: dólar al alza, tipos de EEUU en constante aumento aupados (esta vez sí) por una inflación creciente y dudas sobre el crecimiento económico de algunas economías emergentes con Argentina, Brasil y Turquía a la cabeza. Y como demuestran los datos que ha publicado el Instituto de Finanzas Internacionales muchos de esos inversores han optado por recoger beneficios, si es que aún los tenía, ya que solo en el mes de mayo los fondos emergentes sufrieron salidas por valor de 6.300 millones de dólares, de los que el 75% vinieron de los productos de renta fija. "Como resultado la asignación de los gestores globales de fondos a bonos emergentes ha caído a su nivel más bajo del año, por debajo del 11,5%", apuntan en un informe.