La inversión en activos alternativos ya supone el 24% del patrimonio de los grandes fondos de pensiones. En España la cifra es de sólo el 3,78% pero no ha hecho otra cosa que crecer en los últimos años.
En un contexto de mercado de bajas rentabilidades, no por ello exentas de riesgo, en el mercado de renta fija y volatilidad extrema en lo que respecta a la renta variable, la gestión del binomio rentabilidad/riesgo en cualquier cartera se antoja de lo más complicado. Máxime si lo que se gestiona es un plan de pensiones que tiene como objetivo prioritario conseguir batir a la inflación pase lo que pase, además de generar ganancias pensando a largo plazo.