Las entidades prefieren pagar un interés del 0,20% a Fráncfort para aparcar su dinero en la facilidad de depósito si con ello no tienen que asumir el riesgo del mercado de deuda.
Las semanas de volatilidad y fuertes pérdidas en el mercado de deuda han devuelto a la memoria los años de la peor crisis del euro. La racha de pérdidas que sufren los inversores es la mayor desde entonces y la elevada incertidumbre existente provoca que cualquier mínimo contratiempo genere otra oleada de ventas. Ni siquiera el activo más seguro durante la crisis, el bono alemán, se ha salvado de la tormenta.