El oro, el activo refugio por excelencia a nivel global, comenzó 2019 con un importante rebote que, sin embargo, se ha evaporado en los últimos días hasta quedarse plano desde el primero de enero. Esto, mientras la bolsa mundial se anota ganancias en este periodo, lo cual suele disuadir a los inversores de este tipo de activos considerados más seguros.
Estos últimos descensos no han borrado las perspectivas alcistas que hay sobre el metal precioso y, de hecho, hay un indicador que apunta a que 2019 será un año alcista para el oro y es que las posiciones netas especulativas (no comerciales) se encuentran en máximos no vistos desde julio. En este sentido, desde WisdomTree prevén que la onza finalice el ejercicio en los 1.370 dólares, es decir, casi un 10% por encima de los niveles actuales.
"La recuperación en el posicionamiento sobre oto ha estado impulsada por la volatilidad en los mercados de activos. Durante el último trimestre de 2018, el S&P 500 perdió un 14% y el crudo Brent un 35%. Asimismo, la volatilidad en ambos activos se ha incrementado sustancialmente", explican desde la casa de análisis.
"Por otra parte, los inversores se han visto sacudidos por el cierre del gobierno federal en los Estados Unidos, recordándoles que el motor de la economía mundial no es invencible. Mientras tanto, las preocupaciones respecto a la desaceleración de la economía china también han llevado a los inversores a ser menos optimistas respecto a la evolución de los activos cíclicos", añaden.
El oro, históricamente, ha tenido una correlación inversa con la bolsa mundial, aunque lo que suele impulsar su precio son los distintos shocks del mercado así como los focos de incertidumbre por cuestiones geopolíticas, como la guerra comercial, el Brexit o el propio cierre del Gobierno en Estados Unidos.
No obstante, hay otros factores, presentes en los propios mercados, que podrían servir de catalizadores para el oro en 2019. Según WisdomTree, son principalmente cuatro: los movimientos de la Reserva Federal, el dólar, los bonos soberanos estadounidenses y la inflación del país norteamericano.
Con respecto a la Reserva Federal, continuar viendo subidas de tipos restaría atractivo a la hora de invertir en oro, sin embargo, pese a los buenos datos macroeconómicos que siguen publicándose en Estados Unidos, el mercado ya descuenta que 2019 acabará sin mayores subidas de tipos por parte del organismo monetario, lo cual es positivo para el oro ya que no presionará al alza el rendimiento de la deuda soberana.
A su vez, este eventual frenazo en el ritmo de estrechamiento de la oferta monetaria por parte de la Fed, debería conllevar una depreciación del dólar "a medida que se reducen los diferenciales de interés con otros bancos centrales como el BCE o el Banco de Japón", explican desde WisdomTree. Esto haría más barato para el inversor extranjero tomar posiciones en el oro.
Por último, aunque la inflación ha dado algún síntoma de debilidad, continúa por encima del 2% y se prevé que alcance el 2,3% este ejercicio si continúan los precios energéticos al alza. Históricamente, el oro ha demostrado servir de cobertura ante la inflación.