El presidente del Banco Central Europeo habló el último día de la semana, presionando a la baja al euro, que terminó siendo una de las divisas más bajistas durante los últimos cinco días. Terminó el viernes en los 1,06 dólares.
La divisa europea ha sido una de las monedas más bajistas de la semana, entre las diez más cotizadas del parqué. Mario Draghi, presidente de la Fed, habló el viernes en Frankfurt, destacando que el Banco Central Europeo -BCE- hará "lo que sea necesario" para conseguir que se alcance el objetivo de inflación de la entidad, en el 2% para la eurozona.
Estas palabras vuelven a poner el acento en la posibilidad de que el BCE tome medidas adicionales en su política de estímulos, en la próxima reunión de la entidad que tendrá lugar en diciembre. Desde la última reunión, que tuvo lugar el 22 de octubre, el mercado ha estado especulando que el economista italiano ampliará las compras de bonos en la eurozona, ante los problemas que está teniendo la inflación para crecer en el Viejo Continente.
Así, los inversores en divisas están previendo que habrá más estímulos, lo que castigará al euro, y vendieron la divisa europea de forma general durante la semana. Por ello, cayó en casi todos sus principales cruces, siendo sólo el franco suizo más bajista que ella en la semana. Frente al dólar americano perdió un 1,14% durante los últimos 5 días, cediendo los 1,07 dólares, hasta los 1,065 dólares.
Al margen de euro, las divisas commodity acapararon las miradas durante la semana, con subidas generalizadas: el dólar australiano lideró los avances, subiendo casi un 2,8% frente al euro durante los últimos cinco días. Tras ella, las monedas más alcistas fueron el dólar neozelandés y la corona noruega. Esta subida de las monedas de países que basan su economía en la producción y venta de materias primas pudo tener que ver con los avances que experimentó el petróleo en la semana -el Brent europeo sumó en torno a un 4%, mientras el barril estadounidense se mantuvo sin grandes cambios-.