La previsión de un dólar que como poco se estabilice este año y la relajación, aunque pueda ser temporal, de la guerra comercial provocan que los inversores dejen de cubrir divisa cuando invierten en unos emergentes que mantienen sus fundamentales casi intactos.
La guerra comercial librada entre EEUU y China a lo largo de 2018 y que aún se mantiene en estos primeros meses de 2019 fue una de las causas, que no la única, que explicó el mal comportamiento que experimentaron los mercados durante el año pasado. Todos sufrieron la incertidumbre que implica un aumento del proteccionismo comercial en un mundo cada vez más globalizado pero hubo dos activos que sufrieron esa guerra de una forma más virulenta: la deuda de los países emergentes y, sobre todo, las divisas de estas regiones, que además tuvieron que lidiar con no pocas crisis políticas internas. Basta con ver la evolución que tuvieron estas monedas en 2018 en sus cruces contra el dólar y también contra el euro con el peso argentino (ver gráfico).