Ahuyentados, al menos de momento, los principales riesgos políticos que amenazaban la estabilidad de la eurozona y el futuro de la moneda común tras la patada hacia delante en Italia en diciembre de 2016, la derrota de la ultraderecha en Holanda en marzo y la victoria del candidato europeísta en Francia a principios de mayo, la actividad especulativa contra el euro se ha reducido drásticamente y la volatilidad en su cruce con el dólar ha caído a mínimos de 2014.
"En circunstancias similares, la divisa comunitaria se ha apreciado fuertemente en otras ocasiones", explica el analista económico Juan Ignacio Crespo, a quien apoyan las cifras: la última vez que el índice que mide la volatilidad implícita del euro según las opciones a 3 meses se sitúo por debajo de 7 puntos, en octubre de 2014, cotizaba cerca de los 1,25 dólares; lo que coincide con la última ocasión en la que la posición neta vendedora de contratos de futuros no comerciales se acercó a cero, como ocurre ahora.