El compromiso de las autoridades chinas de evitar caídas excesivas en el yuan ha hecho que el país utilice sus reservas de divisas extranjeras, las más grandes del mundo, hasta quemar un 10% del total en 2016 o, lo que es lo mismo, cerca de 320.000 millones de dólares.
Fue ayer cuando se pudo hacer balance anual, ya que se publicó el dato del mes de diciembre, un periodo en el que el país redujo sus reservas en 41.000 millones.
Ahora a China le quedan en torno a 3,01 billones de dólares ahorrados en sus arcas, una cantidad que supone un retroceso de más del 21%, desde que las reservas cerrasen 2014 en máximos nunca vistos, en los 3,84 billones de dólares. Esta caída responde a la necesidad que tiene el país de evitar un desplome demasiado fuerte de su divisa. Es cierto que los descensos del yuan de los últimos años se originaron con una devaluación llevada a cabo por las propias autoridades, pero una caída excesiva sería negativo para la economía del país, y por ello se trata de frenar los descensos, echando mano de los ahorros que llevan acumulando, según los datos que recoge Bloomberg, desde el año 1995. El proceso es sencillo: China vende dólares y compra yuanes con ellos, influyendo directamente en la cotización de ambas divisas. Según explica la agencia de información económica, las autoridades chinas han explicado que las ventas de diciembre responden a la intención de evitar caídas excesivas en el yuan.
Hasta el año 2015 el país nunca había visto como sus ahorros en divisa internacional menguaban. En los 20 años que transcurrieron desde 1995, China fue capaz de acumular más de 3,84 billones de dólares, casi 4 veces el PIB anual de España. Es más, en sólo 10 años, desde el año 2001 hasta 2011, el país asiático incrementó sus reservas en casi 3 billones de dólares. El aumento más fuerte que se vio en este periodo fue el que tuvo lugar en 2013, cuando el país consiguió acumular más de medio billón de dólares, la misma cantidad que, por otro lado, se perdió en 2015.
La moneda china ha empezado 2017 dando bandazos: arrancó el ejercicio de forma distinta a 2016, con una subida del 0,25% durante la primera semana del año, en el cruce que mantiene con el dólar estadounidense. Sin embargo, el avance habría sido mayor si no hubiese caído un 0,85% en la sesión del viernes, el día más bajista de la moneda en más de un año. De hecho, la muestra de la volatilidad que está viviendo la moneda es, según se explica desde Bloomberg, que la divisa ha llegado a subir o bajar más de un 0,5% en cuatro de las últimas seis sesiones de mercado, cuando en 2016 sólo fue capaz de moverse tanto en 11 jornadas. Ahora, la moneda sube en torno a un 0,7% en lo que va de año, después de caer un 6,6 % en el conjunto de 2016, su mayor caída frente al dólar desde el año 1994.
El yuan chino tiene todavía muchos retos por delante. Donald Trump es ahora el principal, teniendo en cuenta las declaraciones que ha llevado a cabo el presidente de EEUU sobre China: podría imponer un arancel de más del 40%, y emprender una guerra comercial con el gigante asiático. Además de esto, no son pocos los analistas que hablan sobre una posible burbuja inmobiliaria en China, lo que podría estar llevando a los ciudadanos del país a invertir en otros activos.