La decisión de bajar tipos del BCE hunde a la moneda única, que no encuentra soporte hasta los 1,27. Sin embargo, la divisa más bajista de la semana no ha sido el euro sino la libra.
Mario Draghi era el único que podría haber devuelto al euro su esplendor de meses anteriores, cuando luchaba por conquistar los 1,40 dólares. Atrás, muy atrás, quedó ya ese nivel y deberán pasar muchos meses hasta que ni siquiera se vuelva a plantear esa posibilidad. Mario Draghi se ha encargado de ello. Lo hizo tras anunciar el jueves, en la primera reunión del BCE post vacaciones, un recorte de tipos hasta el 0,05 por ciento además de un programa de compra de emisiones ABS y de cédulas hipotecarias cuya cuantía está aún por definir.
La reacción del euro no se hizo esperar y si antes de la reunión del BCE luchaba por mantenerse por encima de los 1,31 dólares, tras la noticia apenas pudo aguantar por encima de los 1,29 dólares. Y lo que aún le queda por caer ya que según explica Joan Cabrero, estratega jefe de Ecotrader, "una vez perdidos niveles de giro potencial en 1,30 dólares por euro podría no encontrar freno hasta la zona de 1,27/1,28 figuras, que corresponde al ajuste de dos tercios de todo el ascenso iniciado en julio de 2012 desde la zona de 1,2050". Una depreciación defendida no solo por el aspecto técnico sino también por fundamental. "El menor atractivo y la creación de más euros para comprar activos tendrá un impacto muy negativo en la divisa, que se depreciará de manera dramática", afirma Phillippe Waechter, economista jefe de la gestora Natixis Asset Management.
Y es que la caída cercana al 2% del jueves ha permitido a la moneda única disfrutar del dudoso honor de convertirse en una de las divisas más bajistas en la semana ya que cede cerca de un 1,5% frente a los dólares estadounidense, y canadiense e incluso pierde un 0,30% frente al yen. Y eso que el Banco de Japón, que también ha celebrado su reunión mensual esta semana, ha decidido mantener intacta sus políticas de estímulo en su constante intento por abandonar la senda deflacionista en la que el país lleva instalado varias décadas.
Esto no hace sino hundir a nuestras dos estrategias alcistas que tenemos abiertas sobre el euro en sus cruces con el yen y la corona sueca aunque siguen manteniendo con alzas desde que ambas fueron abiertas en la tabla de seguimiento. Sin embargo, sus pérdidas semanales quedan compensadas por las ganancias que nos sigue dando el dólar, cuya tendencia alcista es ya imparable, y más tras la decisión del BCE . Así, el dólar se ha apreciado en la semana tanto frente al yen, más de un 1%, como frente a las coronas checas y danesas.
Sin embargo, además del euro, la gran protagonista de la semana ha sido la libra. La divisa británica se ha convertido además en la más bajista de las principales divisas del mundo tras las fuertes caídas registradas ante el avance que, según las encuestas, ha experimentado el "sí" a la independencia de Escocia, que celebra su referéndum el próximo 18 de septiembre.
De hecho, no son pocos los bancos de inversión que ya apuntan a que un triunfo del sí podría hacer mucho daño a la libra e incluso variar los planes del Banco de Inglaterra en cuanto a la salida de su QE y su intención de subir tipos. En este contexto nos alegramos de no contar ya con estrategias alcistas sobre la libra, tras el cierre hace unas semanas de la libra/yen.