Que no haya apenas cambios significativos en las bolsas europeas es una clara señal de fortaleza ya que ni la sobrecompra, ni el alcance de importantes resistencias teóricas, ni las caídas en la tecnología estadounidense, están provocando que los índices del Viejo Continente corrijan las últimas y fuertes subidas, algo que por otro lado veríamos como del todo normal y una simple pausa en los ascensos que tienen como primer objetivo la zona de altos del año.