Las subidas que vimos en la primera jornada del año en Indra, en una sesión en la que las ventas se impusieron en la mayoría de valores, supuso un indicio de fortaleza que no ha tenido continuidad. De hecho, en ningún momento el título consiguió batir la resistencia de corto plazo que sugeríamos vigilar en los 8,95 euros, que es la que tenía que ser superada de cara a que pudiéramos confiar en la sostenibilidad de un eventual rebote.