Aquellos que me conocen saben que si hay algo que me hace feliz en mi trabajo es cuando puedo identificar de un modo muy claro, sin ningún tipo de duda, dónde se encuentra el soporte clave que no puede perderse si quiero seguir confiando en un contexto de mayores alzas en próximos meses. Cuando eso sucede me invade una tranquilidad equivalente a muchas horas de meditación, más propia de los monjes del Tibet que de alguien de sangre mediterránea como servidor.
Pues bien, gracias al último y fuerte rebote que hemos visto en las bolsas europeas durante las últimas semanas ya puedo identificar con exactitud dónde está ese soporte crítico, concretamente en los mínimos que marcaron los principales índices del Viejo Continente el pasado 20 de marzo, que fueron el suelo que establecieron las bolsas y principalmente los bancos tras confirmarse el rescate de Credit Suisse. Esos mínimos los hemos llamado en elEconomista.es como el suelo de Credit Suisse y mientras sigan en pie pueden estar del todo tranquilos. De hecho, aproximaciones a los mismos serían oportunidades magníficas para comprar bolsa europea y, operativamente, esos mínimos del 20 de marzo son muy importantes ya que forman parte de la ecuación rentabilidad-riesgo, siendo la distancia hasta los mismos el riesgo a valorar mientras que la potencial recompensa o rentabilidad se localiza en lo que hemos llamado como el muro de Lehman. En el caso del EuroStoxx 50 les hablo de soportes como son los 3.980 puntos y resistencias en los 4.572 puntos. En estos momentos la distancia hacia esos mínimos es del 8% mientras que el recorrido hasta el objetivo es del 5,50%. Sobran las palabras.