Situación de corto plazo:
En este comienzo de semana las ventas han acabado imponiéndose con claridad en las principales bolsas europeas y con más intensidad en la renta variable española, donde el Ibex 35 (IBEX.MC) se dejó dos puntos porcentuales para perder todo lo ganado en el último rebote, que la semana pasada nos la pasamos entera señalando que tenía visos de ser muy traicionero.
Por tanto, las caídas de ayer no nos sorprenden ni tampoco lo haría que siguieran profundizando. En este sentido, seguimos pensando que los máximos que marcó el Ibex 35 en los 9.310 puntos han sido un techo temporal en los ascensos de las últimas semanas y el punto de origen de una caída que podría ser similar a la que vimos en enero o marzo pasado, que provocaron caídas del 9 y del 5% respectivamente desde su último máximo, lo cual supondría asistir a caídas hacia los 8.500 o los 8.800 puntos. Hasta ahí no somos partidarios de volver a comprar renta variable española.
No habrá ningún signo de fortaleza que aleje los riesgos mientras el Ibex 35 no supere los máximos de la semana pasada que estableció en los 9.107 puntos.
Situación tendencial:
El alcance de la zona de mínimos de 2012 en torno a los 5.800-5.900 puntos ha logrado frenar la tendencia bajista que define el Ibex 35 a lo largo de los últimos años. Este entorno de soporte ha sido un suelo de largo plazo y el punto de origen de una tendencia alcista en próximos años. No habrá ningún signo de debilidad en sus posibilidades de reconstrucción alcista, que tiene como primeros objetivos la vuelta a niveles pre Covid en los 10.100 puntos, mientras no pierda los mínimos de octubre de 2020 en los 6.330 puntos, que ha pasado a ser ahora el segundo escalón dentro de esa tendencia alcista que nació en los 5.800 puntos.