La debilidad que está mostrando la cotización de Telefónica (TEF.MC) durante los últimos meses es del todo evidente, tal y como refleja a la perfección el hecho de que esta semana haya vuelto a poner a prueba la solidez del soporte clave que presenta la operadora en la zona de mínimos que estableció en marzo en los 3,39 euros. Del mantenimiento de este soporte depende que no se abra la puerta definitivamente a un contexto potencialmente bajista que, como hemos venido insistiendo desde hace meses, podría llevar a la curva de precios de Telefónica a buscar los mínimos que marcó el año 2002 en torno a los 2,55 euros, que coinciden con el objetivo teórico de caída del patrón bajista que confirmó el título tras perder los 5,15 euros y con la base del amplio lateral que acota la consolidación durante los últimos 20 años, que se dice pronto. El alcance de este soporte invitaría a comprar Telefónica con una orientación de largo plazo. A corto plazo, en busca de un rebote, solamente seríamos partidarios de comprar si supera los 3,76 euros.