Situación de corto plazo:
A corto plazo el eurodólar (EURUSD) ataca de nuevo la zona de resistencia de los 1,10 dólares por euro, que es la que debe superar junto con los 1,1070 (clavicular del HCHi?) para poder hablar de cierta fortaleza a corto y para que se alejen los riesgos de ver la pérdida de la directriz alcista de largo plazo.
En este sentido, las últimas alzas en el eurodólar han conseguido alejar al par de la directriz alcista de largo plazo que surge de unir los mínimos del año 1985, del 2000 y de 2017. La tangencia con la misma discurre actualmente por la zona de los 1,0725, un poco por encima de la zona de mínimos que se alcanzó en marzo en torno a los 1,0640 dólares por euro.
Situación Tendencial:
La tendencia bajista que desarrolla el par desde los 1,2550 se mantiene del todo vigente aunque estamos muy pendientes de ver si logra reestructurarse al alza desde su directriz alcista de largo plazo visible en escala aritmética y que discurre por los 1,06-1,0640 dólares por euro, en lo que parece su última oportunidad para no tener que favorecer caídas hacia la zona de los 0,90 y no podemos descartar incluso que el par se dirija a buscar los mínimos del año 2000 en los 0,8240.
Si el eurodólar quiere mantener intactas las posibilidades de retomar su tendencia alcista de largo plazo en ningún caso debería de perder esa directriz alcista. En cualquier caso, para que podamos favorecer un movimiento alcista sostenible en próximos meses y tenga éxito esa reestructuración alcista la cotización debería superar resistencias de 1,15 dólares por euro, lo que habilitaría la ruptura de la directriz bajista que viene guiando las caídas desde el año 2008.