Situación de corto plazo:
El rebote de corto plazo seguimos viéndolo como vulnerable y previo a mayores caídas que podrían llevar a los índices norteamericanos a su zona de mínimos del año. Ahí se encuentra de forma general el objetivo que manejamos y esperamos a que se alcance para tomar la decisión de volver al mercado con fuerza.
Nuestra intención es aprovechar la importante liquidez que atesoramos, superior a los 70 puntos porcentuales, para comprar renta variable en cuanto los índices estadounidenses alcancen sus mínimos del año. Por tanto, hay que comenzar a cambiar el chip y pensar más en comprar que en vender en cuanto el Nasdaq 100 (NDX100.NQ) alcance la zona de los 6.200, el S&P500 (SP500.CH) el entorno de los 2.532 puntos y el Dow Jones Industrial (DJI.NY) los 23.350-23.700 puntos.
Para que a corto plazo podamos fiarnos de que un rebote sea sostenible más allá de un par de sesiones el primer paso es que se cierren los huecos que se abrieron a la baja el martes de la semana pasada, para lo cual el S&P 500 debería cerrar sobre los 2.690 y el Dow Jones Industrial sobre los 25.017 puntos.
Situación tendencial:
La fase de consolidación lateral que desarrolla el S&P 500 desde comienzos de este 2018, y que podría tener continuidad en el 2019, tiene visos de que podría ser idéntica o muy similar a la que vimos en 2015 y 2016. Hasta el momento estamos ante un calco a lo que vimos en la segunda mitad de 2015. Así, después de una fuerte caída, como la que vimos en octubre, el S&P 500 formó un amplio rebote tras el cual se desarrolló un nuevo movimiento bajista hacia los mínimos del año 2014, cuyos análogos serían ahora los mínimos de este año 2018, donde están los soportes urbi et orbi, que es lo que podríamos ver en próximas semanas o meses.
La tendencia alcista que definen los principales índices norteamericanos desde el año 2008 / 2009 solamente se pondría en jaque si los principales índices norteamericanos pierden los soportes urbi et orbi, que son la base de la última consolidación en los mínimos que marcaron el pasado 9 de febrero, tales como son los 2.532 del S&P 500 o los 6.164 puntos del Nasdaq 100, que son la línea divisoria que separa una consolidación, del todo normal en tendencia, de una corrección que pondría en jaque la continuidad de la tendencia alcista de largo plazo en Wall Street. Operativamente, una vuelta a esos soportes urbi et orbi la veríamos como una oportunidad inmejorable para comprar bolsa norteamericana.