ejamos atrás una semana de corte consolidativo en las bolsas mundiales, que a corto plazo han optado por tomarse un merecido descanso que a nadie le debería de sorprender después de que la semana anterior tanto el Nasdaq 100 como el S&P 500 lograran romper sus respectivas resistencias clave, lo que supuso un claro esfuerzo de la presión compradora que a corto plazo está pagando y necesita ser purgado antes de asistir a mayores aventuras alcistas.
La ruptura de esas resistencias alejó los riesgos bajistas a medio plazo y abrieron la puerta a un contexto de mayores subidas al otro lado del Atlántico hasta, cuando menos, los máximos del pasado mes de agosto, que se encuentran a una distancia del 6% en el caso del S&P 500 y del 10% en el principal índice tecnológico. Esto es algo que invita a considerar una eventual consolidación, como la que hemos visto esta semana y podríamos seguir viendo en próximas fechas, como una simple pausa previa a mayores alzas, de ahí que por el momento no soy partidario de encender ninguna alarma.