Llevo un par de días insistiendo sobre la conveniencia de no olvidar el refrán popular que dice que donde manda patrón no manda marinero, algo que nos viene al pelo ya que sigo entendiendo que es harto difícil que las bolsas europeas puedan acometer mayores subidas o un desmadre como venía diciendo sin que acompañara Wall Street con la ruptura de resistencias clave que el S&P 500 presenta en los 4.000 y 4.100 puntos.
Justo ayer el S&P 500 (SP500.CH) falló en su intento de batir esa resistencia y ya pueden ver las caídas que se están imponiendo a corto en las bolsas del Viejo Continente, que han optado a corto plazo por consolidar parte de la última y fuerte subida de este gran comienzo de año. Como le decía a comienzos de semana, para ver el cielo era necesario que el S&P 500 lograra romper resistencias, pero también les indicaba que para ver el infierno era preciso que el S&P 500 perdiera soportes de 3.700/3.750 puntos, que aún están lejos de niveles actuales. El debate entre alcistas y bajistas se mantiene todavía muy igualado. Vamos a esperar tranquilamente a que se resuelva antes de tomar más decisiones operativas.