Situación de corto plazo:
El Ibex 35 (IBEX.MC) lleva varias semanas moviéndose entre el soporte de los 7.060 y la resistencia de los 7.600-7.663 puntos, que ayer volvió a ser presionada y que es la que debe superar para que se alejen temporalmente los riesgos bajistas de asistir a una caída hacia los mínimos de mayo en los 6.420 puntos y se abra la puerta a un contexto potencialmente alcista que veríamos limitado a los 8.375-8.500 puntos, que es el techo del canal que viene acotando a la perfección el rebote de los últimos meses y entorno que además coincidiría con una recuperación del 61,80% de toda la caída desde el techo del Covid-19 que estableció en los 10.100 puntos.
A corto plazo nos preguntamos si la incapacidad de romper esa resistencia clave de los 7.600-7.663 puntos responde a la manifiesta debilidad de la renta variable española o el Ibex 35 vuelve a ser un índice muy intuitivo que no se fía de las subidas en las bolsas europeas, que ayer lograron romper de forma general resistencias análogas a esos 7.663 puntos. Que el Ibex 35 no se fíe de las subidas generales es algo que no nos sorprende ya que tampoco somos partidarios de lanzar las campanas al vuelo mientras al otro lado del Atlántico el Dow Jones Industrial no logre batir resistencias de 27.000 puntos y el S&P 500 los 3.190 puntos.
Situación tendencial:
El alcance de la zona de mínimos de 2012 en torno a los 5.800-5.900 puntos ha logrado frenar hasta el momento la tendencia bajista que define el Ibex 35 a lo largo de los últimos años. Mientras no se pierda este soporte no tomará cuerpo la hipótesis que manejamos de cara a los próximos meses, que valora la posibilidad de que aún veamos una caída del Ibex con dividendos hacia la base de su canal alcista de largo plazo y en el peor de los casos hacia los mínimos que marcó el año 2009 y 2012. Si esto sucede hay que tener presente que niveles de soporte análogo en el Ibex 35 tradicional serían los 4.000 puntos, que es el límite máximo de caída que a priori establecemos en la actual tendencia bajista. Entre los 5.300 y en el peor de los casos los 4.000 puntos es donde muy probablemente se forme un suelo de largo plazo y compras realizadas en este entorno obtendrán una rentabilidad impresionante en próximos años.