Situación de corto plazo:
Las principales bolsas europeas volvieron ayer a sufrir una fuerte presión vendedora pero en todo momento se quedaron lejos de alcanzar los mínimos que marcaron la semana pasada, que tienen visos de haber sido un suelo temporal en las caídas y el posible origen de un rebote que aunque lo vemos vulnerable aún podría tener margen de subida.
Este rebote en las bolsas europeas se está formando tras alcanzarse la semana pasada entornos de soporte histórico en muchos índices, como los 8.150-8.200 puntos del DAX 30 (DAX.XE) alemán (mínimos en 8.250), donde se encuentra una antigua resistencia de muy largo plazo como son los son los máximos de la burbuja tecnológica del año 2000 y de la crisis financiera del año 2007-2008. Todo apunta a que este soporte será partido en dos pero antes consideramos que podríamos ver un rebote más consistente.
En este sentido, a pesar de que se forme un rebote mayor seguimos considerando que es muy difícil que hayamos visto un suelo más allá de algo temporal. Si atendemos a la estructura de precios que vemos en los índices del Viejo Continente mucho nos tememos que aún no hemos visto lo peor. Por poner un ejemplo, el DAX 30 alemán todavía no ha alcanzado ni siquiera el objetivo de caída mínimo del patrón bajista en forma de doble techo que confirmó tras perder los 10.250 puntos y que aparece en los 7.700 puntos del índice germano.
Situación tendencial:
La tendencia alcista que definía desde el año 2009 el EuroStoxx 50 Total Return (SX5T.ST), que es la versión mejorada del índice tradicional EuroStoxx 50 (SX5E.ST) que contempla la reinversión de los dividendos que reparten periódicamente las empresas que forman parte del índice, se ha cancelado tras asistir a la pérdida de los 6.000 puntos, que eran los mínimos de diciembre de 2018. Es momento de ir aprovechando rebotes para obtener una liquidez que será muy necesaria y preciada para cuando detectemos un suelo y podamos recomponer la cartera con una visión de largo plazo.