Situación de corto plazo:
La fortísima caída en el mercado norteamericano ha llevado al S&P 500 (SP500.CH) a aproximarse peligrosamente al soporte clave que encuentra en los 2.700-2.730 puntos, cuyo alcance todavía no nos sorprendería que lo viéramos en un nuevo latigazo bajista a corto plazo. Ese soporte de los 2.700 puntos del S&P 500 es la línea divisoria que separa una corrección normal en tendencia de un movimiento bajista que podría buscar los mínimos del año 2018 en los 2,350 puntos, lo cual supondría asistir a una caída adicional desde ese soporte de unos 15 puntos porcentuales.
Mientras no pierda el S&P ese soporte no somos partidarios de vender bolsa norteamericana. Piensen que con la actual sobreventa, que en la última década solamente se ha visto en tres ocasiones, es muy difícil que las caídas prosigan sin antes formarse un potente rebote. Si el S&P 500 cede los 2.700 puntos lo que hay que tener claro es que en un próximo rebote habría que reducir bolsa ya que muy probablemente sea vulnerable y previo a una caída que buscaría los 2.350 puntos.
Situación tendencial:
Los mínimos establecidos la última semana del año 2018 en los índices norteamericanos, tales como son los 5.895 puntos del Nasdaq 100 (NDX100.NQ), los 21.712 del Dow Jones Industrial (DJI.NY) y los 2.346 del S&P 500, han sido un suelo y el origen de la reanudación de la tendencia que desarrolla el mercado estadounidense a largo plazo. Mientras estos mínimos de Navidad no se pierdan la tendencia principal o de largo plazo se mantendrá alcista. Una vuelta a esos soportes de largo plazo sería altamente probable si se pierden los mínimos de junio de 2019, como son los 2.730 puntos del S&P 500.