Situación de corto plazo:
Las caídas que vimos ayer en Wall Street no han cancelado las posibilidades de que aún podamos ver un rebote mayor en próximas sesiones, para lo cual sería necesario que el S&P 500 (SP500.CH) perdiera el soporte que encuentra en los 2.975 puntos. Esto último abriría la puerta a una vuelta a los mínimos de la semana pasada en los 2.850 puntos, donde se encuentra el soporte que no debe perderse si no queremos asistir a una caída hacia soportes críticos de medio plazo en los 2.730 puntos.
Operativamente, nuestra intención es reducir la exposición a bolsa si el rebote de corto plazo va a más y lleva a los índices norteamericanos a recuperar el 61,80/66% de toda la última caída, como serían niveles resistivos de 3.185-3.200 en el S&P 500. En ese entorno seríamos partidarios de reducir la exposición a bolsa en unos 25-30 puntos, hasta el entorno del 50-60%, que es donde estaríamos más cómodos con la actual volatilidad. Cuando disminuya la misma y tengamos un suelo más fiable ya optaremos por aumentarla de nuevo.
Situación tendencial:
Los mínimos establecidos la última semana del año 2018 en los índices norteamericanos, tales como son los 5.895 puntos del Nasdaq 100 (NDX100.NQ), los 21.712 del Dow Jones Industrial (DJI.NY) y los 2.346 del S&P 500, han sido un suelo y el origen de la reanudación de la tendencia que desarrolla el mercado estadounidense a largo plazo. Mientras estos mínimos de Navidad no se pierdan la tendencia principal o de largo plazo se mantendrá alcista. Una vuelta a esos soportes de largo plazo sería altamente probable si se pierden los mínimos de junio de 2019, como son los 2.730 puntos del S&P 500.